Si pensamos en whisky es habitual pensar en países como Escocia o Irlanda. Sin embargo, el whisky es una bebida tan internacional que cada vez son más los países que se animan a ser productores de esta bebida.
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Por ello hoy os vamos a descubrir un gran desconocido para muchos, pero que poco a poco se va haciendo un hueco en este mundo, el whisky canadiense.
Historia del whisky canadiense
El whisky canadiense tiene una historia mucho más reciente que el whisky escocés o el whisky irlandés.
Las primeras destilerías canadienses fueron fundadas en 1850, en la localidad de Kingston.
Durante esos años se introdujeron nuevas normativas que regulaban la producción de bebidas destiladas, lo que permitió que aumentase la producción del whisky.
El whisky canadiense se caracteriza por estar compuesto de centeno, centeno malteado y alcohol neutro.
Dependiendo la zona de Canadá en la que se produzca el whisky, se elabora de una forma u otra. En la Columbia Británica, el whisky canadiense se parece mucho al whisky americano, mientras que en la zona de Quebec, el whisky es totalmente diferente.
Las destilerías han aceptado estas diferencias, de forma que Canadá cuenta con una gran variedad de destilerías produciendo whiskies de gran calidad.
Tipos de whisky canadiense
El whisky canadiense se elabora a partir de la mezcla de uno o más whiskies, a base de malta. También se caracterizan por tener un tipo de maíz en dosis muy altas.
Además de estas características, la Ley canadiense establece claramente cómo ha de ser un whisky para que sea considerado whisky canadiense. Este whisky debe estar mezclado, destilado y añejado en tierras canadienses.
Curiosidades del whisky canadiense
El whisky canadiense, al igual que el resto de whiskies, tiene sus particularidades.
En primer lugar, a diferencia del resto de whiskies, este no envejece en barricas especiales, lo cual suele aparecer en su etiquetado.
Una segunda peculiaridad, es que al whisky canadiense no se le conoce por ese nombre, sino que se le suele llamar solamente whisky, o en su caso, ‘’Rye whisky’’.
Como última característica propia del whisky canadiense, es la suavidad. El whisky canadiense es conocido mundialmente por su especial ligereza y suavidad, superando así al escocés o al irlandés.
Destilerías de whisky canadiense
Destilería »Seagram»
Esta destilería, fundada en 1857, se ubicó en la localidad de Ontario. En 1869, Joseph E. Seagram se unió a la compañía, convirtiéndose en propietario de la compañía, para así cambiar el nombre de la destilería a Joseph E. Seagram & Sons.
A partir de ese momento, la destilería comenzó a crecer, aumentando su producción año tras año. En la década de 1990, Joseph E. Seagram se convirtió en el mayor propietario de líneas de bebidas alcohólicas del mundo.
Años después, el propietario de la destilería decidió trasladar el negocio a Estados Unidos para posteriormente acabar vendiendo una parte de la empresa al grupo empresarial francés Pernod Ricard.
Destilería Hiram Walker & Sons Limited
La destilería Hiram Walker & Sons Limited fue fundada en 1958, en la localidad de Ontario. Su fundador, Hiram Walker, fue conocido por ser uno de los primeros empresarios canadienses en montar un negocio de destilación.
Este propietario no solo fundó la destilería, sino que construyó casas alrededor de la misma para sus trabajadores, así como una granja para aprovechar las sobras de centeno de la destilación del whisky.
Hoy en día, Hiram Walker & Sons es la destilería más importante de América del Norte, con una producción de casi 200.000 litros de alcohol diaria, repartida en una amplia gama de whisky, ron y vodka.
Algunos de los productos más conocidos de esta compañía son Lot 40, Hiram Walker Deluxe o Hiram Walker Imperial Blend.
Después de haber leído este post, es probable que te hayan entrado ganas de probar el whisky canadiense. No te olvides de suscribirte a nuestra newsletter para estar al día de todas las noticias relacionadas con el mundo del whisky.
Y ahora… ¡A disfrutar!